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TITULO VENTANA A LA REFLEXIÓN

Ventana a la reflexión

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Claves para orientarnos ante el conflicto V

Cuatro claves

1. plus del diálogo

  • El diálogo amplía la verdad que trae cada uno.
  • Potencia la escucha activa; exige desarrollar la capacidad y sensibilidad para reconocer a la otra parte sus lados positivos.
  • Exige honestidad con uno mismo.
  • Exige confiar en los otros.

2. El plus de la empatía

  • Capacidad propia del ser humano.
  • Ponerse en la piel del otro, exige dejar de lado la rigidez de nuestras propias posturas.
  • Fomenta la honestidad y el diálogo interior.
  • Desarrolla la afectividad.
  • Produce apego al otro.

3. El plus de la paciencia

  • Es un recurso que nos permite afrontar de manera constructiva los desafíos, dificultades y sufrimientos.
  • Cada proceso necesita su tiempo y aprender a encontrar el momento adecuado para la gestión del conflicto o para superar una dificultad es una virtud.
  • Sin la paciencia podemos fracasar en cualquier ámbito de la vida.

Reglas de oro del diálogo

  • Explicarnos y escuchar sin juzgar.
  • Hablar en primera persona, no desde el tú (vosotros) o el nosotros.
  • Responder sin rebatir ni enfrentarnos o atacar al otro.
  • Preguntar para poder entender correctamente al otro, antes de debatir.
  • Subrayar las partes positivas.
  • Unir lo mejor con lo mejor.
  • Generar la oportunidad para que todas las partes implicadas puedan expresar sus emociones, creencias u opiniones.

Claves para orientarnos ante el conflicto IV

12 dificultades frecuentes en los conflictos:

a) Paradigma de la etiqueta

  • Prejuicios. Etiqueto y juzgo antes de escuchar. Es cómodo, nos permite interpretar el desacuerdo echando la culpa al otro.
  • Empezar por el pasado. Tendemos a empezar por lo más difícil, por el núcleo del desacuerdo.
  • Tomar en cuenta solo las actitudes. Las etiquetas nos llevan a tener en cuenta solo lo superficial, sin tener en cuenta las razones que hay detrás de esas actitudes.
  • No separar la persona del roll o la acción.
  • Buscar los culpables, no las soluciones.
  • Centrarnos en las dificultades y en lo que nos divide.

b) Paradigma “Tengo toda la razón”

  • Actuar, hablar y pensar sin tener en cuenta lo que el otro tiene para decir. No necesito escuchar a la otra parte ya que siento que me asiste toda la razón .
  • Buscar el todo o nada. Poseer toda la razón impide encontrar caminos intermedios y genera grandes dificultades para hallar un acuerdo.
  • Justificar el dogmatismo con el victimismo. Fijarnos solo en lo que el otro ha hecho, y no en lo que nosotros también hemos podido generar.
  • Construir la imagen del enemigo. Conmigo o contra mí. El dogmatismo nos resta humanidad y no nos permite ver a la otra parte como persona.
  • Radicalizar la propia postura y “absolutizar”. Se trata de darle a algo una importancia total convirtiéndolo en un absoluto.
  • Justificar los medios con los objetivos, dejando de lado la dignidad humana.

Claves para orientarnos ante el conflicto III

La importancia de la comunicación efectiva

En una situación de conflicto, comunicarnos de forma adecuada puede ser el camino para facilitar la resolución en un conflicto. Identificar y analizar lo que dicen las partes implicadas (ideas, pensamientos, emociones…), cómo lo dicen (lenguaje, fisionomía, tono de voz…) y para qué lo dicen (objetivos, expectativas, deseos…) es importante para canalizar la situación de una forma efectiva.

Tenemos que entender la comunicación desde un punto de vista sistémico, ya que lo que decimos nos influye, influye a la otra parte e influye en el contexto. Por lo tanto, aunque en una situación de conflicto la comunicación no está al cien por cien en nuestra mano, sí podemos posibilitar el cambio en nosotros mismos y para ello debemos poner el foco en la responsabilidad personal. Cómo afronta la otra parte una situación de conflicto escapa de nuestro control pero ¿qué podemos hacer nosotros en una situación de conflicto? ¿Cómo podemos crear opciones para facilitar el entendimiento?

He aquí cuatro criterios básicos para una comunicación efectiva:

  • A la hora de hablar expreso mis ideas, sentimientos, opiniones, valores etc.
  • Me aseguro de que la otra parte ha entendido correctamente lo que he expresado.
  • Escucho de forma activa lo que quiere decir o expresar la otra parte.
  • Me aseguro de que lo he entendido de forma correcta.

Claves para orientarnos ante el conflicto II

Entenderme a mí misma/o

Lo primero es entenderme. La condición previa del diálogo es la honestidad con uno/a mismo/a para poder contribuir a un diálogo no arbitrario.

Tengamos en cuenta que es imposible no comunicar. De hecho, las palabras tienen muy poco impacto (7%) comparado con la comunicación no verbal (55%). Por ello, antes que saber formular verbalmente nuestro mensaje, es muy importante ser conscientes de lo que podemos estar comunicando con nuestro cuerpo, gestos, vestimenta, tono de voz… Y es que puede que haya condicionantes que no tienen que ver con el tema que se está tratando (por ejemplo, haber dormido mal) y que estén afectando en nuestra comunicación con los demás. Puede que por nuestro carácter tendamos a expresarnos con gestos que nos alejan de los demás (ciertos gestos de autoridad con las manos, por ejemplo) sin saberlo.

Además de eso, a veces nos movemos con posiciones y creencias en las que nunca hemos profundizado y que pueden limitar el entendimiento mutuo.

La información interna es infinita y dinámica. Y nosotras/os somos limitadas/os. No llegaremos a saberlo todo siempre de nosotras/os mismas/os, pero podemos simplemente procurar estar atentas/os a escucharnos y entendernos; tener el dial de la radio interna encendido.

Dos criterios básicos para ahondar en ese auto-entendimiento son la validación y la honestidad:

  • Validarse. Ser amables y permisivos/as con nosotros/as mismos/as. Todo lo que sintamos y pensemos está bien. Incluso lo que de momento no entendemos, o nos parece desagradable, tiene su razón de ser, su función.
  • Honestidad. Validarnos nos abre la puerta a ir profundizando, preguntándonos los por qués y respondiéndonos honestamente, ya que no tenemos necesidad de mentirnos.

Claves para orientarnos ante el conflicto I

¿Qué es el conflicto?

El conflicto surge ante el choque o desencuentro entre las necesidades, objetivos, intereses o puntos de vista enfrentados entre dos partes o más. Dependiendo de cómo lo gestionemos, éste será constructivo o destructivo.

El conflicto es parte inherente a la vida. Siendo seres sociales está absolutamente vinculado a nuestras vidas y relaciones. La mayoría de veces asociamos la palabra conflicto con connotaciones negativas, pero no tiene por qué ser así siempre que lo entendamos como un proceso de aprendizaje. Con las situaciones de conflicto avanzamos o retrocedemos, son momentos críticos, oportunidades para el cambio y el desarrollo. Ello no quita que sea un camino lleno de dificultades, pero si lo afrontamos con un punto de vista constructivo, las oportunidades que se crean son interesantes oportunidades para crecer y fortalecernos como personas o grupo.

Los conflictos suelen ser experiencias llenas de emociones, pero también, y sobre todo, experiencias de aprendizaje que nos ofrecen muchísima información. Nos ayudan a descubrir recursos y actitudes que desconocíamos, a aprender nuevas habilidades y a superar limitaciones propias.

Por todo ello es importante analizarnos a nosotros/as mismos/as, tomar consciencia sobre cómo actuamos ante un conflicto; cuáles son nuestras fortalezas a la hora de gestionar un conflicto; conocer en qué podemos mejorar; todo ello contribuirá a que el conflicto desemboque en un resultado constructivo o destructivo.

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