3 de julio. Youness Aamara estaba trabajando en su tienda (Carnicería Casablanca) cuando escuchó el murmullo de la gente en la calle, lo cual le sugirió que pasaba algo: “Salí y decían que una mujer mayor tenía fuego en casa y que necesitaba ayuda” cuenta el protagonista. Salía humo de un piso de la primera planta del número 11 de la calle Idiazabal, y Aamará en un acto de valentía y generosidad, acudió a auxiliar a la mujer sin pensárselo dos veces. Con la colaboración de otros dos hombres que lo auparon pudo agarrarse al balcón para escalar después hasta conseguir entrar en la vivienda. Apagó el fuego y sacó a la señora del piso. Un gesto que habla por sí solo de la condición humana de Aamara.

¿Cómo recuerdas aquel día? Serían momentos muy tensos.

Era una situación nueva para mí y no sabía lo que me iba a encontrar, pero tenía que ayudar a la señora. Cuando entré en la casa había fuego y mucho humo, no se veía prácticamente nada y la mujer estaba totalmente bloqueada sin saber qué hacer. Cogí una sartén, abrí el grifo y fui echando agua hasta que conseguí apagar el fuego. Luego, ayude a la señora a salir de casa y después subió más gente a ayudar.

Fuiste muy valiente.

Estamos para ayudarnos entre nosotros y es lo que hice cuando me dijeron que una señora tenía fuego en la cocina. Es algo que le puede pasar a cualquiera. Por suerte todo salió bien. Cuando salimos de casa me picaban mucho los ojos pero me aplique unas gotas y se me pasó. A la señora le atendió la ambulancia porque había tragado mucho humo, pero está bien y eso me alegra mucho. A mí también me ha ayudado mucha gente durante mi vida e intento hacer lo mismo cuando puedo.

Si tú no hubieras conseguido entrar en la casa y socorrer el fuego la situación se hubiese complicado mucho.

Sin nuestra ayuda no sé qué hubiese pasado porque hasta que llegan los bomberos pasa un tiempo y la mujer estaba bloqueada. Mucha gente me ha agradecido lo que hice, y todavía me lo recuerda la gente que se va enterando. Al hijo de la señora también le informaron de lo que había sucedido y cuando llegó me lo agradeció mucho. 

Mucha gente te conocerá porque regentas la Carnicería Casablanca, pero cuéntale al resto quién es Youness Aamara.

Yo soy de Marrakech y llevo aquí desde el 2007. Vine muy joven con 16 años para intentar tener una vida mejor. Al principio quería ir a Italia porque allí tenía familiares, pero tras pasar por Algeciras, Madrid y Valladolid vine a San Sebastián.

Siendo tan joven sería una situación complicada para ti.

La verdad es que si porque vine solo y sin saber castellano. Gracias a la ayuda de una señora de Tolosa que vino a mi lado en el autobús de Valladolid a San Sebastián ingresé en un centro de acogida de la Diputación de Gipuzkoa. Le estoy muy agradecido a aquella señora. En aquel momento no se lo pude decir porque no sabía castellano, pero si lee la entrevista me gustaría que le llegará mi agradecimiento.

¿Hasta cuándo estuviste en el centro?

Hasta los 18 años. Durante ese tiempo hice cursos de soldadura, mecánica y limpieza. También aprendí castellano. Después me fui de alquiler y empecé a trabajar. Estuve en una empresa de Villabona que hacía ladrillos, hice varías temporadas de sidrería y también he trabajado de herrero y soldador. He hecho un poco de todo, y ahora, con el dinero que he ahorrado he abierto una tienda aquí en Urnieta de comida típica musulmana.

¿Cómo se acoge a la gente extranjera aquí?

Al principio hay un poco de reticencia y tampoco te valoran mucho porque se piensan que eres un chico de calle, pero luego cuando te conocen cambia la percepción. Te dicen que eres buen chico y trabajador. Al principio es complicado pero trabajando se sale adelante. El deporte me ha ayudado para integrarme. He conocido a mucha gente y he hecho muchos amigos.

¿Qué deporte has practicado?

Atletismo. En Donosti fui a la pista de atletismo a entrenar por mi cuenta y gracias a un entrenador que se llama Jose Martín, empecé a competir con el Atlético San Sebastián. Logré buenos resultados. Fui campeón de Gipuzkoa. En 2011 hice la Behobia por primera vez con una marca de una hora y seis minutos finalizando la prueba en el puesto 23. Con el Atlético corría los 3.000 metros y también participaba en las carreras que se organizaban en los pueblos. Por ejemplo, gané una San Silvestre de Rentería. Ahora, ya no compito pero salgo a correr por mi cuenta 2-3 días a la semana.

¿Cómo te va la tienda?

Al principio cuesta, pero la cosa no va mal y esperemos que vaya mejor. Yo pensaba que mi clientela sobre todo sería musulmana, pero por suerte se acerca bastante gente de aquí. Tenemos cosas ecológicas y naturales, y a la gente le gustan. Yo estoy muy agradecido.

 ¿Estás contento en Urnieta? ¿Y cómo vislumbras el futuro?

Muy contento. Hay muchas zonas verdes y eso me encanta. Además, la gente es amable y educada. Mi madre y mis hermanas están en Marruecos y mi hermano en Suiza. Es duro y les echo de menos, pero gracias a la tecnología puedo mantener el contacto. A ver si puedo verles pronto. Por lo demás muy bien. Ahora voy a abrir una peluquería en Urnieta y con la esperanza de que funcione. Yo seguiré en la tienda y contrataré a un amigo para la peluquería.