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Atrás Inma Iriondo: "La iniciativa "Ongi etorri baserrira" sirve para conocer de dónde vienen los productos del caserío y qué trabajo hay por detrás".
17·07·2024
"Ongi etorri baserrira" ha celebrado este año su novena edición. Se puso en marcha con el objetivo de impulsar el producto local, dar valor al medio rural y fomentar el turismo de cercanía. La iniciativa ha ido creciendo paulatinamente, ya que el número de participantes se ha ido incrementando. Este año han participado tres caseríos de Urnieta, Adarrazpi, Otazu onddoak y la sidrería Eula. Adarrazpi está inmerso en este proyecto desde su primera edición e Inma Iriondo nos ha contado su experiencia.
¿Qué es para vosotras la iniciativa "Ongi etorri baserrira"?
La gente tiene la oportunidad de ver dónde estamos, qué hacemos y cómo trabajamos. Sirve para conocer de dónde vienen los productos del caserío y qué trabajo hay por detrás. Detrás de los productos hay una familia, un cuidado medioambiental, un rebaño... hay muchas cosas.
Vuestra actividad laboral no cesa en todo el año. ¿Se valora todo ese trabajo?
Vamos mejorando. Lo que se conoce se valora mejor. Gracias a estas iniciativas las cosas van cambiando poco a poco, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Aquí no hay un horario de trabajo, hay que sacar adelante lo que hay y atender a los animales día a día.
¿Cuántas horas son aproximadamente al día?
Cuando estamos en campaña comenzamos el día sobre las 5:30-6:00 de la mañana, los domingos una hora más tarde ja, ja, ja. Y nos dedicamos hasta la noche a las diferentes tareas a realizar. Agosto, septiembre y principios de octubre suelen ser más tranquilos. Es una forma de vivir y nos gusta, pero es cierto que a la hora de vender el producto nos cuesta trasladar todo ese trabajo y que se valore el producto lo suficiente.
¿Ha cambiado mucho el trabajo en el caserío en los últimos años?
Tenemos la mentalidad del caserío de hace 50 años. Da la sensación de que en otras áreas todo ha evolucionado y que nosotras nos hemos mantenido intactas, pero eso no es así. Nosotras también nos vamos desarrollando y mejorando en nuestro campo.
¿Cuáles han sido los principales cambios?
Por un lado, el propio productor tiene otra formación. Nosotras, por ejemplo, tenemos una escuela de pastores para la producción de productos lácteos. No se trata sólo de producir queso. Primero hay que conocer la oveja, hay que mantenerla sana, saber cuáles son sus necesidades en cada momento, si hay que darle uno u otro pienso, qué tipo de hierba necesita... Además, hay que conocer algunos parámetros que son físico-microbiológicos para hacer el queso de una manera o de otra y conseguir el producto que tú quieras. También tienes que tener una pequeña formación comercial, porque toda la cadena la hacemos nosotras. Nos encargamos de la producción, facturación, distribución y demás cosas. En una empresa hay departamentos diferentes, pero aquí nos toca todo a nosotras.
Esta es la novena edición. ¿Se están reforzando los puentes entre ciudadanía y baserritarras?
Este año la acogida ha sido muy buena y la gente ha hecho sus reservas enseguida. Ese interés es de agradecer. Eso demuestra que tanto los y las baserritarras como las personas que viven en las ciudades tienen el deseo de generar ese vínculo y en eso tendremos que seguir.
Abrís las puertas de vuestra casa. ¿Qué ven las personas que vienen aquí?
A estas alturas del año no tenemos cordero. Las ovejas, en cambio, normalmente están fuera, las metemos sólo para ordeñar. Vamos fuera a ver el rebaño, se explica cómo se identifican, qué comen, se habla del animal, se muestra cómo se hace la cuajada e incluso se hace una pequeña degustación.
¿Cuál es el perfil de la gente que viene?
El perfil suele ser diverso; niños y niñas, personas adultas, familias, cuadrillas, personas que vienen solas... viene de todo. Este año han venido de Hernani, Astigarraga, Donostia, Andoain, Hondarribia, Anoeta, Arrigorriaga y Gernika.
¿Organizáis otro tipo de visitas?
Sí, nosotras hacemos tres tipos de visitas. Para las ikastolas, para las extranjeras y para la gente de aquí. Nuestra mentalidad ha sido la de producir el producto y hacer la venta directa a ser posible. Eso es verdad que nos da más trabajo, pero también nos da un poco más de beneficio y nos sirve para que la gente nos conozca durante todo el año.
¿Cuántas ovejas tenéis?
Unas 350. No es una cantidad muy grande, pero están seleccionadas. Estamos haciendo una mejora genética y detrás de eso también hay un trabajo. Esto significa que conocemos a la madre y al padre de nuestras ovejas y que la producción tiene un control para ir mejorando el rebaño, no sólo en cantidad de leche sino también en otros valores, en calidad.
¿Qué productos elaboráis?
Diferentes quesos: Idiazabal, queso fresco y queso pasteurizado. También la cuajada y la leche. Y cuando hay cordero.
También participáis en la iniciativa KM0.
Sí, todas las semanas ponemos nuestra oferta y luego hacemos el reparto los jueves en la plaza de San Juan junto a otras baserritarras del pueblo. También solemos estar en el mercado de San Martín de Donostia.